ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA
Durante los meses de enero y febrero de 2010, tuve la oportunidad de vivir con 4 familias de campesinos indios que habían sufrido la tragedia de los suicidios en primera persona. Gracias a una lista facilitada por un estamento oficial, tenía al alcance 900 familias que compartían este grave problema. Desde el año 1997, 25.000 campesinos y campesinas indios se han quitado la vida y el gobierno de Maharashtra, uno de los estados afectados por esta plaga, no encuentra soluciones. Por el contrario, la permisividad con que cuentan las grandes multinacionales de los transgénicos como Monsanto y la ayuda estatal a las compañías de pesticidas y fertilizantes empeoran la situación de los campesinos. Estas empresas han transformado de la noche a la mañana el sistema agrícola tradicional. Las semillas que antes se guardaban todos los años se han sustituido por las modificadas genéticamente, que necesitan fertilizantes y pesticidas y que no se pueden almacenar. Los campesinos pobres deben comprar semillas nuevas cada año antes del tiempo de la siembra y así han pasado de ser productores a consumidores.
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